PREGUNTAS FRECUENTES
PREVENCIÓN Y DETECCIÓN DE LA SORDERA
La pérdida auditiva se debe a una afección en la cóclea o en el nervio auditivo. Lo más frecuente es que se produzca cuando las células ciliadas,
que se encuentran en la membrana basilar, han sufrido daños. En general, las células ciliadas externas suelen ser las primeras en sufrir daños,
lo cual provoca que se perciban peor los sonidos débiles. Si estas células están dañadas, la resolución frecuencial del oído se verá reducida debido
a que los filtros auditivos de la cóclea son más amplios y su grado de definición es menor. Como resultado, la habilidad de distinguir entre varios
sonidos del habla puede verse afectada.
Hay personas que tienen la sensación de oír bien pero no entender en ciertas situaciones. Podemos realizar pruebas específicas para conocer cúal es
la capacidad máxima de entendimiento que tiene en cada oído. De este modo es posible informar de cuáles pueden ser los motivos y asesorar sobre que pasos seguir.
El cerumen es un limpiador y lubricante natural y te puede proteger contra las bacterias, hongos e incluso los insectos. Mucha gente piensa que
el cerumen debe ser eliminado con un bastoncillo, pero esto no es aconsejable, ya que el bastoncillo puede dañar el canal auditivo o el tímpano.
Lo ideal es limpiar los oídos con el agua de la ducha y acudir a un profesional si se nos ha formado un tapón.
Las dos causas más frecuentes de la pérdida de audición son el envejecimiento (es la llamada presbiacusia) y la exposición a ruidos.
Por eso se recomienda a los mayores de 50 años que se realicen revisiones periódicas para detectar la pérdida auditiva en su inicio y ponerle una solución
lo más rápidamente posible.
Asimismo, las autoridades sanitarias llevan años tratando de concienciar a los más jóvenes de que algunos de sus hábitos de escucha son claramente
perjudiciales para sus oídos. Actividades tales como escuchar música con auriculares y acudir frecuentemente a discotecas y bares donde la música
se pone demasiado alta pueden causar daños irreparables en el oído. Por eso mismo también corren más riesgo de padecer problemas auditivos los músicos,
los cazadores o los profesionales que trabajan en ambientes ruidosos como algún tipo de industria.
La pérdida auditiva puede ser también hereditaria o congénita.
El tabaco es perjudicial para todo. Y también para los oídos. Así lo indica un ensayo realizado por la Universidad de Manchester (Reino Unido),
que concluye que los fumadores (también los fumadores pasivos) tienen más posibilidades de padecer sordera que las personas que no están expuestas al tabaco.
En concreto, el estudio comprobó que los sujetos de ensayo expuestos a más de 10 horas tenían un riesgo un 40% más alto de tener pérdida auditiva que los no fumadores.
La causa más probable es que el tabaco provoca enfermedades cardiovasculares, lo que reduce el flujo de sangre que llega a los oídos y mara las células
sensoriales de los oídos.
El uso prolongado de auriculares con música alta es uno de los motivos por los que tantos jóvenes están en riesgo de padecer pérdida auditiva.
Por eso es recomendable limitar el tiempo de exposición a los auriculares. Cuando los usemos, tenemos que tener en cuenta que los auriculares abiertos
permiten la fuga de parte del sonido, por lo que tendemos a incrementar el volumen en ambientes con ruido. Por el contrario, los auriculares cerrados
aíslan bien el sonido exterior, lo que permite controlar mucho mejor el nivel de volumen porque el ruido de fondo es menos intenso.
Sí, es lo que se llama sordera súbita. Un trauma acústico puede ocurrir súbitamente, como resultado de una exposición a un sonido pasajero de
intensidad alta (como por ejemplo un petardo o un disparo). La onda expansiva afecta a las células ciliadas de la cóclea y causa una pérdida
auditiva aguda que muchas veces va acompañada de mareos y sonidos en los oídos. Lo más habitual es que la pérdida auditiva sea pasajera y mejore
con el paso de los días, pero lo aconsejable es acudir rápidamente a un especialista otorrinolaringólogo para que lo valore ya que no siempre
se restablece una audición normal.
No oír bien la televisión y subir el volumen más de lo habitual suele ser uno de los primeros síntomas de pérdida auditiva, por lo que
cuando eso ocurre es conveniente acudir a un centro auditivo a realizarse una exploración. Además, las personas con problemas auditivos
incipientes sentirán dificultades para entender el habla en ambientes ruidosos, como pueden ser restaurantes, comercios, o calles transitadas en hora punta.
Se calcula que las personas con problemas auditivos tardan una media de siete años en convencerse de la necesidad de acudir a un centro auditivo.
Esto es así por algunos prejuicios de antaño según los cuales el audífono es un aparato grande y antiestético. Pero eso hoy en día ya no es así.
Al menos en Widex, cuyos audífonos aúnan alta tecnología con un moderno diseño. Eso es lo primero que hay que decirle a una persona que se muestra
reticente a llevar audífonos: Los audífonos de Widex son de gran discreción (hay retros de apenas dos centímetros) y gran elegancia. Son modernas y
pequeñas joyas de alta tecnología que en nada se parecen a los viejos audífonos y que permiten a la persona hipoacúsica seguir oyendo y comunicándose
con las personas que más le importan, impidiendo así que nos vayamos aislando de nuestro entorno.
La pérdida auditiva retrococlear está causada por daños en las vías nerviosas entre la cóclea y la parte del cerebro que se encarga de la audición.
Un ejemplo de hipoacusia retrococlear es la esclerosis múltiple. En casos raros, los daños pueden deberse a un tumor en el nervio auditivo, lo cual se
denomina neurinoma acústico. Este tipo de tumor es benigno y se caracteriza por su crecimiento muy lento.
Las pérdidas auditivas neurosensoriales se deben a una afección en la cóclea o en el nervio auditivo. Normalmente, no es posible corregir una
pérdida auditiva neurosensorial con un tratamiento médico o una intervención quirúrgica. Por el contrario, la pérdida auditiva conductiva tiene
lugar cuando hay un factor que bloquea el paso del sonido en el canal auditivo o en el oído medio. Es posible tratar algunos tipos de hipoacusias
conductivas quirúrgicamente o con medicación. Algunas causas de la hipoacusia conductiva pueden ser la acumulación de cerumen, la otitis media, el
colesteatoma o la otosclerosis.
La hipoacusia bilateral es la pérdida de la capacidad auditiva en los dos oídos. La hipoacusia unilateral, por contrario, afecta a un solo oído.
Algunos medicamentos perjudican la audición. Es el caso de algunos antibióticos aminoglucósidos, de medicamentos contra la malaria y de algunos
tratamientos contra el cáncer. Se trata de medicamentos que tienen un efecto tóxico en las células ciliadas de la cóclea y pueden causar pérdidas
auditivas neurosensoriales. Habitualmente la pérdida auditiva es bilateral y se inicia en las frecuencias altas. Por eso es importante que el paciente
controle su audición cuando se somete a un tratamiento médico.
El micrófono del audífono recoge la voz y el sonido del ambiente y lo convierte en una señal eléctrica que se transmite al procesador del audífono.
El procesador es el que se encarga de incrementar el volumen de los sonidos en función de la pérdida de audición. Una vez amplificada, el auricular
convierte la señal eléctrica en una señal audible y la transmite al canal auditivo.
El nivel de pérdida auditiva y el estilo de vida de la persona hipoacúsica y sus necesidades auditivas son las que determinarán el tipo de audífono
(formato y gama tecnológica) que deberá llevar. Respecto al formato, los audífonos Widex se clasifican en retro (se colocan detrás del pabellón auditivo)
e intra (se inserta en el oído). En relación a la gama tecnológica, es importante que el audioprotesista asesore al paciente sobre las prestaciones de
cada una de ellas. Así, cuanto mejor sea la tecnología del audífono mejor será la calidad de la audición y mayor la comprensión del habla. Será en entornos
ruidosos donde mejor se aprecie la diferencia de tecnología.
Lo más habitual es que la pérdida auditiva se manifieste en los dos oídos, eso quiere decir que deberíamos usar dos audífonos.
Oír con ambos oídos es lo que denominamos audición binaural, que facilita que oigamos los sonidos del entorno, los distingamos en lugares ruidosos,
entendamos mejor el habla y, sobre todo, que podamos determinar la ubicación de los sonidos.
El volumen del audífono se ajusta automáticamente. Siempre se amplifican los sonidos fuertes menos que los débiles y el nivel de
amplificación depende de la pérdida auditiva de la persona. Pero algunos audífonos también cuentan con un control de volumen manual en forma de una
pequeña palanca que hace que subir o bajar el volumen sea totalmente intuitivo: al pulsar la palanca hacia arriba se sube el volumen, al bajarla se reduce.
También se puede realizar estos ajustes con un pequeño mando a distancia.
Sí, rotundamente. Aunque la primera sensación al colocarnos unos audífonos es de tener el oído un cuerpo extraño, esta se pasa en unas horas o en unos días,
algo muy similar a lo que sucede al usar gafas por primera vez o al cambiar la graduación. En el primer momento, es posible que el usuario de audífonos note
que empieza a oír sonidos que tenía olvidados, y le llame la atención cómo suena el roce de la ropa, su respiración, su propia voz o abrir un interruptor
de la luz. También habrá sonidos que ya oía y se percibirán con más riqueza e intensidad. En definitiva se le abrirá un nuevo mundo de sonidos que gracias
al asesoramiento y praxis de su audioprotesista le ayudará a rehabilitar su déficit auditivo. Se acostumbrará a esta nueva situación y estas nuevas sensaciones
las normalizará.
La alta gama de Widex proporciona la mejor audición tanto en silencio como en entornos con ruido y preserva siempre la mejor comprensión del habla.
Además, garantiza una audición confortable sin cambios bruscos y una auténtica audición natural. Los audífonos de gama baja, por ejemplo, no son
capaces de asegurar la mejor comprensión del habla en ruido, aunque en función de las necesidades y estilo de vida del usuario podrían ser suficientes.
Por supuesto. Hoy en día, gracias a la conectividad de los audífonos inalámbricos podemos oír directamente el teléfono, televisión o tablet directamente
en los audífonos. También existen unos pequeños dispositivos, denominados ayudas auditivas, que facilitan la escucha del sonido procedente de aparatos
externos como el móvil.
Aunque es cierto que algunas marcas comercializan a través de Internet, es algo que desaconsejamos sin matices. Una persona que sufre un problema auditivo
debe acudir a un centro auditivo para que el especialista en audición, el audioprotesista, le realice un estudio auditivo completo y determine el grado de
pérdida auditiva. A partir de este primer diagnóstico, y conociendo las necesidades auditivas de cada usuario, el audioprotesista le orientará acerca de
cuál es el audífono más adecuado. Una vez elegido el audífono será necesario tomar una impresión del oído del paciente para personalizar el molde, que es la
parte que se coloca en el interior del oído del usuario. Además, el audífono es un dispositivo electrónico que cuenta con una serie de parámetros personalizables.
El audioprotesista ajustará el audífono para adecuarlo al nivel de pérdida auditiva del usuario y para garantizarle la mejor audición en cualquier situación.
Serán necesarias varias visitas al centro y un período de aclimatación para conseguir una adaptación correcta.
Actualmente en todos los hospitales de la red sanitaria pública y en muchos hospitales privados se lleva a cabo la prueba de screening neonatal,
por lo que la sordera de un recién nacido se detecta a los pocos días de nacer. El propio hospital será quien oriente a los padres sobre los pasos
a seguir y le derive al médico ORL, quien realizará el diagnóstico y determinará si el niño es susceptible de adaptarse una prótesis auditiva, por
lo que deberá acudir a un centro auditivo especializado en atención pediátrica.
Será el médico otorrinolaringólogo, gracias al trabajo multidisciplinar con los audioprotesistas y logopedas, quien decida, en función del tipo y
del grado de la pérdida, si el niño necesita un implante coclear o si puede obtener un buen rendimiento con prótesis externas. El audífono es una
prótesis externa mientras que el implante coclear requiere cirugía.
La pérdida auditiva dificulta la adquisición y el desarrollo del lenguaje y, por lo tanto, tiene consecuencias sobre el aprendizaje del niño.
Por eso es tan importante detectar cuanto antes la hipoacusia para realizar una adaptación protésica temprana y una intervención logopédica que
asegure un desarrollo lingüístico pleno. Después, el niño hipoacúsico podrá complementar sus audífonos con ayudas auditivas como el sistema de frecuencia
modulada (FM), que es un transmisor que se coloca el profesor y un receptor que lleva el niño y que le permiten oír sin ruido de fondo todo lo que dice el
profesor en una clase.
El sistema FM consiste en dos componentes básicos: un micrófono con un transmisor de radio FM y un receptor inalámbrico de radio de FM. Los sistemas
se utilizan con frecuencia en los colegios porque acercan al alumno lo que dice el profesor, salvando la distancia, la reverberación y los sonidos
propios de las aulas. El profesor lleva un micrófono que envía la señal mediante la transmisión inalámbrica de radio a un receptor conectado al audífono del alumno.
El especialista ORL es el encargado de diagnosticar la existencia de una sordera infantil y de prescribir la prótesis auditiva que necesita el niño,
así como de recomendar a la familia que acuda a un centro auditivo. Posteriormente, el audioprotesista pediátrico determinará cuál es el grado de pérdida
auditiva del niño y realizará la adaptación de los audífonos que mejor respondan a sus necesidades y el necesario seguimiento. En paralelo, el logopeda
realizará la estimulación auditiva y lingüística para la adquisición del lenguaje oral.
El niño o bebé con audífono seguirá un control de visitas muy rigoroso que establecerá el audioprotesista pediátrica y el logopeda del centro.
Se evaluará en todo momento la correcta adaptación del audífono al niño, tanto a nivel de comodidad y de usabilidad como en aspectos de corrección auditiva.
El tinnitus, también llamado acúfeno, es la percepción de un sonido, continuo o esporádico, que se produce internamente en el oído.
Normalmente se manifiesta en forma de pitido en el oído y provoca un estado de irritación y de malestar continuo.
No existe todavía una solución que “cure” el tinnitus, pero sí existen métodos que alivian las molestias que produce y ayudan a convivir con ellas.
Es el caso de la Terapia Widex Zen, el tratamiento de Widex para los acúfenos que ha mejorado los niveles de tolerancia al acúfeno del 80% de los
pacientes que han trabajado con ella. Se trata de una terapia clínicamente probada.
La exposición continuada a ruidos fuertes puede ser uno de sus desencadenantes del tinnitus. Por eso es importante que los profesionales que
trabajan en entornos ruidosos protejan sus oídos con tapones mientras desarrollan su actividad. Otras causas de los acúfenos pueden ser los golpes en la cabeza,
el exceso de medicinas, la enfermedad de Ménière, el envejecimiento, el exceso de cerumen, la presión arterial alta y los trastornos de los nervios sensoriales.
Sabemos también que el ruido, el alcohol, el tabaco, la sal y la cafeína intensifican la sensación de tinnitus.
Los molestos pitidos en el oído que caracterizan el tinnitus dificultan la conciliación del sueño. Para dormir mejor si se padecen acúfenos,
es importante realizar ejercicios de relajación antes de acostarnos, hacer ejercicio, no fumar ni tomar café por la noche, mantener la habitación
a una temperatura adecuada y no ver la televisión justo antes de acostarse.